Durante la Edad Media, la institución social del padrinazgo consiguió evitar los intentos de reglamentación por parte de la Iglesia, preocupada por el hecho de que la elección de padrinos y madrinas no obedecía a la búsqueda de tutor espiritual sino que, por el contrario, se hacía persiguiendo otros intereses. Esta incapacidad de control de la Iglesia se evidencia en la multitud de costumbres locales que a menudo permitían a los numerosos padrinos y madrinas asistir al bautizo. Sólo el Concilio de Trento (1545-1563) uniformó estas prácticas que, en adelante, deberían cumplir con las nuevas normas impuestas. Sin embargo, los cánones tridentinos produjeron un resultado inesperado y opuesto al deseado: el padrinazgo se transformó en un instrumento de clientelismo social. Consciente de este nuevo fracaso, paulatinamente la Iglesia perdió interés en el padrinazgo que, a pesar de que cumplía formalmente con las normas tridentinas, continuó subordinándose a los usos sociales. Ahora bien, ésta fue una transformación de los hábitos que, entre los siglos XVII y XIX, obligó a una reorientación de las selecciones: cada vez más a menudo, los padrinos y las madrinas se seleccionaban dentro del más estricto parentesco. Este proceso provocó, a largo plazo, la pérdida de sentido del padrinazgo que caracteriza la Europa católica de hoy en día.

La Iglesia y el padrinazgo. ¿Una institución social rebelde? (Italia, Espana y Europa desde el signo V hasta la actualidad)

ALFANI, GUIDO
2008

Abstract

Durante la Edad Media, la institución social del padrinazgo consiguió evitar los intentos de reglamentación por parte de la Iglesia, preocupada por el hecho de que la elección de padrinos y madrinas no obedecía a la búsqueda de tutor espiritual sino que, por el contrario, se hacía persiguiendo otros intereses. Esta incapacidad de control de la Iglesia se evidencia en la multitud de costumbres locales que a menudo permitían a los numerosos padrinos y madrinas asistir al bautizo. Sólo el Concilio de Trento (1545-1563) uniformó estas prácticas que, en adelante, deberían cumplir con las nuevas normas impuestas. Sin embargo, los cánones tridentinos produjeron un resultado inesperado y opuesto al deseado: el padrinazgo se transformó en un instrumento de clientelismo social. Consciente de este nuevo fracaso, paulatinamente la Iglesia perdió interés en el padrinazgo que, a pesar de que cumplía formalmente con las normas tridentinas, continuó subordinándose a los usos sociales. Ahora bien, ésta fue una transformación de los hábitos que, entre los siglos XVII y XIX, obligó a una reorientación de las selecciones: cada vez más a menudo, los padrinos y las madrinas se seleccionaban dentro del más estricto parentesco. Este proceso provocó, a largo plazo, la pérdida de sentido del padrinazgo que caracteriza la Europa católica de hoy en día.
File in questo prodotto:
Non ci sono file associati a questo prodotto.

I documenti in IRIS sono protetti da copyright e tutti i diritti sono riservati, salvo diversa indicazione.

Utilizza questo identificativo per citare o creare un link a questo documento: https://hdl.handle.net/11565/1760591
 Attenzione

Attenzione! I dati visualizzati non sono stati sottoposti a validazione da parte dell'ateneo

Citazioni
  • ???jsp.display-item.citation.pmc??? ND
  • Scopus ND
  • ???jsp.display-item.citation.isi??? ND
social impact